Ganadora de 3 Oscars: Mejor Película, Mejor Actor Secundario
-Mahershala Ali-, Mejor Guión Original.
Green Book fue la solución hecha película para todos aquellos académicos
de la vieja escuela reacios a votar a Roma,
ya fuera por su condición de película
mexicana, en blanco y negro, hablada en español o de Netflix. Darle el Oscar era
el recurso fácil y así sucedió, y la cosa se veía venir después de que ya ganase
en septiembre el Premio del Público en Toronto o en enero el Globo de Oro -aunque
a la Mejor Comedia o Musical ¿?-. Y es que el film de Peter Farrelly no está
mal, es entretenido y tiene buenas interpretaciones, pero es muy poco
arriesgado y previsible, la típica película resultona con todos los
ingredientes necesarios para agradar a la audiencia mainstream como lo eran Argo
o El discurso del rey: cintas
bienintencionadas que no molestan, con un ojo puesto en la taquilla y
otro en los Oscars, como prefabricadas en un laboratorio pero que vistas años
más tarde pierden bastante, hasta el punto de que uno no se explique muy bien cómo llegaron a ganar
la estatuilla. Claro que yo casi prefiero esta clase de films a esos
otros que por tratar temas sociales o trascendentales ya se creen con derecho a
ganar y aburrir a partes iguales, estilo 12
Años de esclavitud, Spotlight o Moonlight.
Green Book está basada en hechos reales, en el viaje que compartieron
por el profundo Sur en 1962 el pianista Don Shirley -Mahershala Ali- y Tony “Lip”
Vallelonga -Viggo Mortensen- un rudo italoamericano al que contrata el primero para
que le haga de chófer y guardaespaldas, ya que, por su condición de negro,
algún problema barruntaba que habría en Alabama o Louisiana… Aunque al
principio los dos hombres mantienen muchas diferencias, ¡oh, sorpresa! poco a
poco aprenderán a respetarse y entablarán una hermosa amistad.
Quién iba decir hace 25 años que
uno de los directores de comedias tan gamberras como Dos tontos muy tontos ganaría un día el Oscar... Pero lo cierto es
que este Green Book de Peter Farrelly
no es muy diferente en el fondo a su obra maestra de 1994 o a Vaya par de idiotas: se trata de otra road movie con dos personajes
principales condenados a entenderse y que sacan una lección moral de sus
vivencias en el camino, mientras cambian de Estado o son parados por la policía.
Aunque el mayor de los Farrelly no sea muy diestro con la cámara -no recuerdo un solo
plano memorable en todo el film- al menos aquí confirma lo de ser un buen
director de actores, extrayendo sólidas interpretaciones de su pareja protagonista,
tanto del oscarizado Mahershala Ali como de Viggo Mortensen, que es en realidad
quien roba la película gracias al personaje de Tony Lip, un rol mucho mejor escrito que el de Shirley al ser el hijo de Tony uno
de los guionistas y productores. El actor neoyorquino se preparó a conciencia para el
papel, conviviendo en el Bronx con la familia italiana de Lip y engordando 9 kilos a base de pizza y pasta, aunque yo creo
que durante el rodaje aumentó algunos más -en la escena de la competición de
perritos calientes, a pesar de la elipsis por lo visto se zampó 15-. De hecho,
no recomiendo ver esta película con hambre, porque Viggo Mortensen se la pasa
comiendo todo el rato. Yo creo que si no hubiera estado Rami Malek, probablemente Viggo habría ganado el Oscar; por un papel que también le habría venido como anillo al dedo al Sylvester Stallone
de hace 22 años, recién salido de Copland.
Es irónico que, a pesar de estar basado
en un libro, Green Book ganara el Oscar al Mejor
Guión Original, cuando las situaciones y las escenas que plantea no son
muy originales que digamos, pues la película es bastante previsible en su historia
y desarrollo. Quizá a los académicos les gustaron frases inspiradoras que
se oyen de vez en cuando en los diálogos, como “el mundo está lleno de gente sola que teme dar el primer paso”, o “el genio no es suficiente: hace falta valor
para cambiar corazones.” Mejor no pensar en detalles incongruentes de guión
relacionados con una piedra verde y una pistola, destinados a sorprender
gratuitamente al espectador… Por cierto, que al final no todo el mundo picó con
Green Book, ya que Barak Obama no la puso
en su lista de 15 películas favoritas del año; aunque eso tampoco dice mucho acerca
del gusto cinematográfico del ex-presidente USA, que sí que incluyó entre sus elegidas a Black Panther o Infiltrados en el KKKlan, supongo que para
cumplir con el inevitable cupo racial.
Criticoll
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