domingo, 27 de mayo de 2012

Regreso al futuro

Men In Black 3 (Hombres de negro III)

TÍTULO ORIGINAL:”Men In Black 3” (2012). DIRECTOR: Barry Sonnenfeld. REPARTO: Will Smith, Josh Brolin, Jemaine Clement, Michael Stuhlbarg, Tommy Lee Jones, Emma Thompson, Alice Eve, Mike Colter, Bill Hader, Nicole Scherzinger.

Diez años después de la fallida Men In Black 2, Barry Sonnenfeld, Spielberg y compañía decidieron resucitar la franquicia insuflándole aire fresco a una premisa que ya parecía agotada; casi, casi, tanto como Tommy Lee Jones a la hora de volver a encarnar al hierático agente K. Pero hay que decir que la nueva solución de guión -los viajes en el tiempo-, aunque en principio un poco facilona viniendo del productor de Regreso al futuro, finalmente se ha revelado acertada al matar dos pájaros de un tiro. Así, que J -Will Smith- retroceda al pasado para evitar que un alienígena rencoroso acabe con el joven K -Josh Brolin- y cambie el futuro permite, por una parte, aprovechar todo el juego que puede dar Will en 1969 y, por otro, librarse de la presencia de un fatigado Jones, que aquí solo sale al inicio y al final del film, dejando el grueso de la trama en manos de Smith y de un brillante Brolin. Un actor que parece haber nacido para interpretar a Tommy Lee rejuvenecido en una película, y cuya química con Will Smith es más que evidente, hasta el punto de que en Amblin ya se habla de volver a contar con él para una hipotética cuarta entrega de MIB. Sólo es cuestión, supongo, de que los guionistas se saquen de la manga otro viaje en el tiempo o que la magia de Rick Baker lo envejezca convenientemente.

En cuanto a Men In Black 3 en sí, decir que resulta un largometraje mejor de lo esperado, conteniendo todos los elementos de la serie que los fans están esperando contemplar: ya sean los chistes de J, las réplicas de K, el espectacular diseño de los aliens, la pegadiza música de Danny Elfman o esa cuidada mezcla de acción y humor que la decepcionante cinta previa de 2002 tanto desequilibraba en favor de lo segundo. Un film fiel a sus principios  aunque, por la parte que me toca, eso suponga que también se incluye aquí la inevitable escena con una de las dos cosas que más odio que salgan en una película: bichejos desagradables amenazando a cámara con las fauces abiertas en Primer Plano. Algo habitual en la trilogía y que aquí sucede la secuencia en la que Will Smith lucha contra el pez gigante -y que vista en 3D debe de ser bonica-. 

Pero mejor pensar, en definitiva, en los activos de Hombres de negro 3, y que aquí pasan, junto con la ya comentada actuación de Smith y Brolin, por ese apañado guión integrando con gracia personajes y hechos históricos en la trama -el despegue del Apolo XI, Andy Warhol, la segregación racial de los ’60, los hippies-, o detalles que nos descubren cosas nuevas de los protagonistas -el origen de la hosquedad de K, lo relativo al padre de J-; y secundarios tan interesantes como el malvado que compone Jemaine Clement, o el alienígena con poderes proféticos al que da vida Michael Stuhlbarg. Un actor éste verdaderamente camaleónico, capaz de resultar siempre creíble ya sea como el gangster Rothstein de Boardwalk Empire, el profesor judío de Un hombre serio, el admirador de Méliès en La invención de Hugo, o el extraterrestre pirado por el rollo Flash Forward de este MIB3.

Criticoll

domingo, 20 de mayo de 2012

El cine, de vacaciones

La sombra de la traición

TÍTULO ORIGINAL:”The Double” (2011). DIRECTOR: Michael Brandt. REPARTO: Richard Gere, Topher Grace, Martin Sheen, Odette Yustman, Stephen Moyer, Tamer Hassan, Stana Katic.

La sombra de la traición tuvo un estreno reducido en USA el pasado 28 de octubre y a las pocas semanas ya estaba en el mercado del DVD. Tras este dato, y como diría Schuster, no hace falta desir nada más acerca de la calidad de este rutinario largo; un thriller de espías deudor de las manidas historias de la Guerra Fría y que supone otro paso más en la decadencia de Richard Gere.

Pobre, pobre Richard. Da pena verlo aquí correr sin resuello detrás de un sospechoso y pensar que ese mismo era el gallardo protagonista de American Gigolo u Oficial y caballero; ahora una vieja gloria actuando por inercia en un film al que hace 20 años ni siquiera se habría dignado a escupir. Y es que el guión de La sombra de la traición -que, como el de Sin perdón, dormitó 10 años en un cajón esperando ser rodado ( fin de las semejanzas)- es el típico libreto de espías, el FBI, la CIA, los rusos… que hemos visto como unas 200 veces antes en el cine; llevado sin demasiado vigor a la pantalla por el debutante -y también co-guionista- Michael Brandt y con un desenlace final de giros y triquiñuelas tan, tan bochornoso, que un servidor se pregunta si Gere llegó a leérselo entero antes de aceptar. De hecho, uno piensa automáticamente en Un cadáver a los postres o Wayne`s World y en las burlas que se hacen ahí a propósito de esos recursos tan baratos y de última hora capaces de arruinar una cinta, en este caso ya bastante perjudicada de por sí.

Con decir que lo único bueno de la película es la forma en la que Stephen Moyer -el vampiro de True Blood- se escapa de la cárcel… ¡y va y eso también te lo cuentan en el trailer! una chapuza publicitaria como Cuenca de grande y que merece capítulo aparte. En efecto, por si no fuera poco el título original The Double para dar pistas de las sorpresas que esconden sus personajes, hay por ahí circulando trailers indiscretos de La sombra de la traición que directamente te destripan el misterio sobre quién es el letal asesino Cassius, y que parecen perpetrados por la competencia o por los asesores de imagen de Iñaki Urdangarín.

Lenta, aburrida, confusa, tramposa… con personajes poco definidos y más agujeros en el guión que Marlon Brando al final de ¡Viva Zapata!, no parece que Brandt vaya a tener muchas oportunidades en un futuro próximo de dirigir otra película. En fin, que esperemos que Richard alcance pronto los años que le quedan por cotizar para ahorrarnos disgustos como éste.

Criticoll

Jo, qué noche

El canguro

TÍTULO ORIGINAL:”The Sitter” (2011). DIRECTOR: David Gordon Green. REPARTO: Jonah Hill, Max Records, Landry Bender, Kevin Hernandez, Sam Rockwell, Ari Graynor, Jessica Hecht, Method Man, Erin Daniels.

Tampoco es probable que pase a los anales de la historia El canguro, un vehículo para el lucimiento de las lozanas cachas de Jonah Hill -aunque ya no tan lozanas, por consejo de Brad Pitt el muchacho ha perdido 20 kilos- y basado ligeramente en la ochentera Aventuras en la gran ciudad, de Chris Columbus. Como cabría esperarse de los tiempos que corren y de David Gordon Green, responsable de Superfumados o Caballeros, princesas y otras bestias, el humor blanco de aquella se ve sustituido aquí por toda una amplia gama de elementos políticamente incorrectos: trabajos vaginales, pedos, wáteres que explotan, niños deslenguados, drogas, policías corruptos, pandilleros, padres pasotas o treceañeros que descubren con prontitud sus inclinaciones homosexuales. En resumen, un gran crisol de las cosas que se supone nos hace troncharnos en 2012.

Un film que promete más risas de las que finalmente ofrece, se puede decir que todos los chistes de El canguro estaban condensados en su resultón trailer; que, a diferencia del de La sombra de la traición, al menos no spoilea nada y cumple su función de venderle la moto a sus incautos espectadores, que al salir de la sala ponen cara de que probablemente no valía la pena gastarse 6 euros y pico para esto. Y es que la película es muy predecible en su desarrollo, en su inevitable moralina y hasta en su intento de parecerse a Jo, qué noche en el kafkiano retrato del submundo nocturno de Manhattan, aunque claro, lejos de la intensidad pesadillesca de la de Scorsese. También Jonah Hill está más gracioso cuando hace de tímido o de canguro responsable -como en Todo sobre mi desmadre- que cuando se hace el guay como en esta The Sitter, menos salvaje de lo que se cree y más cercana por momentos a la ciencia-ficción involuntaria que a la comedia descerebrada y gamberra.

Criticoll

lunes, 14 de mayo de 2012

Johnny, la gente está muy loca

Sombras tenebrosas

TÍTULO ORIGINAL:”Dark Shadows” (2012). DIRECCIÓN: Tim Burton. REPARTO: Johnny Depp, Eva Green, Michelle Pfeiffer, Bella Heathcote, Helena Bonham Carter, Chlöe Grace Moretz, Jack Earle Haley, Johnny Lee Miller, Christopher Lee.

Sorprende la animadversión crítica tan generalizada que ha sufrido Sombras tenebrosas ya desde su preestreno, siendo desdeñado automáticamente como un título decepcionante e indigno de la filmografía burtoniana; como si ésta estuviera repleta de obras maestras y El planeta de los simios o Alicia… no hubieran existido nunca. Así, uno se encaminó al cine con bastantes reparos, la verdad, esperando encontrarse con algo parecido al desastre de Malick con The Tree Of Life, si se trataba de ver cómo se la pegaba un autor pretendiendo ser él mismo más que nunca. Pero lo cierto es que al salir de la sala mi primer pensamiento fue que esas reacciones tan airadas eran muy exageradas: cierto es que Dark Shadows no llega a la altura de Ed Wood o Eduardo Manostijeras, pero tampoco es como para rasgarse las vestiduras de esa forma.

Con Sombras tenebrosas estamos ante la típica película de Tim Burton, con sus elementos góticos y románticos, su humor negro y su Johnny Depp haciendo esta vez de vampiro, dentro de su ya amplia galería de personajes excéntricos. Un film que, afortunadamente, no es tan cómico como su equivocado trailer nos había vendido, y que al final sí respetaba la gravedad de la serie original. Y aunque no pasará a la historia, al menos sirve para que un servidor se congracie con el director de Burbank tras su poco maravilloso y sí muy fallido trabajo previo.

 Y es que Dark Shadows tiene bastantes elementos atractivos que poner en la balanza, como el arrebatador prólogo en el acantilado; los carismáticos personajes de Barnabas -Depp- o la bruja Angelique -la bella Eva Green, quien superó en el cásting a Anne Hathaway, Lindsay Lohan o Jennifer Lawrence-; el divertido choque de Barnabas con los años ’70 tras permanecer dos siglos encerrado en un ataúd; o ese nada disimulado homenaje a Michael Jackson, en la escena en la que el pálido vampiro pasea a plena luz del día por su pueblo, protegiéndose del sol por elementos tan característicos de Jacko como el sombrero y el paraguas negros, los guantes o el inevitable séquito de acompañantes. También resulta apropiado que Burton retome aquí uno de sus temas más recurrentes, como esa apología que suelen hacer sus protagonistas del grupo de outsiders al que pertenecen; ya sea el equipo de rodaje de Ed Wood, los monos desertores y los humanos fugados de El planeta de los simios o los decadentes Collins de este film. Con Johnny Depp emulando a su admirado Marlon Brando de El padrino y defendiendo los intereses de su familia a sangre -nunca mejor dicho- y fuego, prácticamente como si fuesen los Corleone. En el plano negativo, señalar que quizá su guión no desarrolle al final todas las posibilidades que se le intuían a esta historia, y que se le dé poca cancha a secundarios ilustres como Michelle Pfeiffer, Chlöe Moretz, Jackie Earle Haley o a la señorial presencia de Christopher Lee, aquí casi un extra con frase.

En definitiva, a falta de ideas frescas -y lo siguiente de Burton tampoco es muy original que digamos: la nueva versión de Frankenweenie-, buenos son remakes como éstos si son así de apañados. Y es que el autor de Sleepy Hollow se ha convertido, con la práctica, en todo un experto en el arte de adaptar relatos ajenos atrayéndolos a su particular universo, repintándolos con los colores de su estética gótica e invitando al espectador a aceptar lo extraño como normal.

Criticoll

lunes, 7 de mayo de 2012

Miedo y asco en San Juan

Los diarios del ron

TÍTULO ORIGINAL:”The Rum Diary” (2011). DIRECCIÓN Y GUIÓN: Bruce Robinson. REPARTO: Johnny Depp, Michael Rispoli, Aaron Eckhart, Amber Heard, Giovanni Ribisi, Richard Jenkins, Amaury Nolasco, Marshall Bell.

Los diarios del ron supone la cuarta ocasión en la que Johnny Depp se aproxima al universo de Hunter Stockton Thompson, si contabilizamos la genial Miedo y asco en Las Vegas, el documental Gonzo: Vida y hazañas del Doctor Hunter S. Thompson o ese singular homenaje que le brindó a la figura de su amigo y paisano como el camaleón Rango.

Un proyecto del que Depp fue responsable desde el principio, animando, primero, a Thompson a publicar su novela a fines de los ’90 -tras permanecer casi cuarenta años en un cajón- y después al hacerse cargo de su adaptación al cine como co-productor e intérprete. Sin embargo, y a pesar de todo ese trabajo previo, hay que reconocer que The Rum Diary resulta finalmente un film fallido que no acaba de encontrar su propia identidad. En efecto, la película empieza como una comedia alocada, cercana a “Miedo y asco…” con mucho alcohol, excentricidad por doquier y personajes frikis, que auguran cuando menos una reedición caribeña del film de Gilliam. Pero, poco a poco, el ritmo y el interés de la historia comienzan a decaer, lo que parecía que iba a ser se frustra y al final el largo no está para muchas bromas, quedando más próximo a la amargura de El americano impasible en su denuncia del colonialismo o la especulación inmobiliaria que a la locura que se suponía nos iba a ofrecer en su inicio.

Y es que la película es víctima de su propia indefinición y no acaba de decidirse por ser un drama o una comedia, algo que también se podría trasladar al personaje de Paul Kemp-Depp-, a ratos un bufón alcohólico y otras un héroe romántico, tan capaz de beberse 169 botellines del minibar como de luchar quijotescamente contra el establishment junto a su pareja de Sanchos Panzas beodos. Existen, así mismo, en The Rum Diary escenas con demasiado diálogo, otras bastante gratuitas -como las que muestran el romance entre Kemp y la bella Chenault -Amber Heard-, hasta alcanzar todo ello una duración excesiva de casi dos horas. Sin duda que una poda de varios minutos no le habrían venido nada mal al film, que también necesitaba un director y guionista con más brío y menos rutinario que Bruce Robinson -Withnail and I queda ya muy lejos-, para poder poner algo de orden en el conjunto. Así mismo, a la película se le notan las ingerencias en el guión de Johnny Depp o del otro productor Graham King, quién sabe si por no estar muy satisfechos con lo que veían cada día en el rodaje… En el aspecto positivo, destacar al menos la presencia de Michael Rispoli y Giovanni Ribisi como los dos zarrapastrosos compañeros de piso y curro de Depp -erigidos en roba escenas desde el momento en el que aparecen-, o la fotografía del polaco Dariusz Wolski, operador de confianza de la estrella en Piratas del Caribe o Alicia en el país de las maravillas y que aquí consigue una atractiva tonalidad de imagen que recuerda a la de las típicas cintas de los años ’50.

Criticoll