viernes, 24 de mayo de 2019

SPOILERS



A raíz del estreno de la última temporada de Juego de tronos, de los Vengadores: Endgame o de los ruegos de Tarantino en Cannes para que aquellos que ya han visto Érase una vez en Hollywood no cuenten nada de su trama, me veo obligado a escribir acerca de los dichosos spoilers, porque los odio casi tanto como a la gente que los cuenta. Así que, ojo, ESTE ARTÍCULO CONTIENE SPOILERS.

Odio los artículos de webs como elpaís, elmundo o elconfidencial que se sienten con el deber moral de informar en profundidad de cada episodio de Juego de tronos al minuto siguiente de su emisión, pero que a la vez van de superenrollados y comprensivos con la plebe que aún no los ha visto, así que al principio del artículo te avisan muy serviciales: ATENCIÓN SPOILER: A PARTIR DE AQUÍ NO SIGAS LEYENDO. Vale, vale, entendido, gracias. Pero es que… ¡el spoiler está justo en el renglón de abajo, me lo estoy comiendo igual porque está en mi *^·”ª línea de visión, ceporros! Son un falsos, si en realidad se preocuparan por ti y les supiera tan mal revelártelo, harían como en esos WhatsApps -que antes eran mails-, que para dar suspense se leían hacia abajo y había mucho espacio en blanco desde lo del aviso de spoiler hasta el spoiler en sí. La verdad es que no me imagino un artículo en elpais o elmundo con un hueco de esos en blanco, pero oye, podrían aprovechar para meter ahí más publicidad todavía: sería un punto y usuarios como yo lo agradeceríamos.

Otras formas de evitar destripes a simple vista es que el spoiler esté escrito en amarillo o en blanco, y solo lo puedas leer al pasar el ratón por encima y seleccionarlo, o que esté oculto con un botón que haya que clicar para desplegarlo; como hace la gente considerada y que sí merece seguir viviendo, al estilo del foro de eldoblaje.com o filmaffinity. En cambio, hay otros que te avisan ya de entrada: artículo sin spoilers. Ok, gracias, estos van más de frente, me gusta. El problema es que… ¡la foto que te ponen para ilustrar el artículo o el titular del propio artículo ya es un spoiler! Esto incluye también a todos esos youtubers pesados que horas después del estreno de cada episodio de Juego de
tronos ya tenían su puto análisis preparado, con las fotos de los personajes protagonistas del capítulo bien destacadas en la portada.  Como me pasó en el 8x03 con una foto de Arya y al lado otra del Rey de la Noche, que vi de refilón a la mañana siguiente en la columna de la derecha de YouTube, cuando entré sin darme cuenta para otra cosa. Después de ver el capítulo me lo puse, y me di cuenta de que el video se había subido unos días antes de emitirse el episodio, y que todo era una teoría que se había montado el youtuber: encima el tío era adivino o algo.

Y es que, ¿cuánto tiempo ha de transcurrir después de un estreno para que se considere que se pueden contar ya spoilers? Según los hermanos Russo, directores de Vengadores: Endgame, el plazo son 2 semanas. Pues bien, a los cuatro días del estreno de esa película, un cretino de un podcast de ivoox de Juego de tronos soltó a traición spoilers de Endgame sin venir a cuento, sólo porque ya se sentía con derecho a ello: era un martes y para él ya estábamos en plazo, porque habían pasado cuatro largos días desde su llegada a los cines.

Los críticos cinematográficos suelen ser bastante aguafiestas: como ellos ya lo han visto, a los demás que les den. Recuerdo que en el diseño de las críticas en papel de Fotogramas en 2001 había un recuadrito destacado en colores donde cada crítico ponía lo mejor y lo peor que le había parecido de cada película. O sea que, sin leer la crítica, solamente pasando tus ojos por la página, ya lo leías sin querer. Pues bien, al prenda que hizo la crítica de El señor de los anillos: La comunidad del anillo no se le ocurrió otra cosa que poner bien grande “La muerte de Boromir” en lo que él creía que era Lo Peor. ¡¡Hijoeputa, Lo Peor Eres Tú!! Otro crítico del suplemento cultural en papel de El Mundo hablaba una vez en una página entera sobre Million Dollar Baby, y trazaba paralelismos con Mar adentro en un sesudo análisis -sé que lo era porque utilizaba mucho empero- sobre cómo las dos películas venían a ser al final valientes apologías de la eutanasia, porque a este personaje le pasaba como a Ramón Sampedro en aquella, y el otro le ayudaba a morir también, a pesar de ser facha, fíjate tú, y tal y tal. La verdad es que le quedó muy chulo el escrito, lástima que estábamos en febrero de 2004... ¡¡En el mismo fin de semana del estreno de la película, cabronazo!!

Creo que toda esta fijación mía con los spoilers viene de un trauma infantil, ya que a los 9 años completé una colección de 30 tomos sobre la Historia Universal del Cine de la Editorial Planeta, y el editor de dicha colección -que me quedé con su nombre: Emilio C. García Fernández- sin duda era crítico de cine, porque no vacilaba en pegar hachazos de spoilers a diestro y siniestro en cuanto podía y a traición, como si fuera lo más normal del mundo al comentar una película. Por su culpa me enteré, a tan tierna edad y antes de poder verlas, quién era la madre de Norman Bates en Psicosis, qué era Rosebud en Ciudadano Kane, quién fue realmente El hombre que mató a Liberty Valance, o cómo acababan El planeta de los simios y Más allá de la duda, de Fritz Lang… Vaya tela, amigo Emilio, menos mal que ya había visto Solo ante el peligro antes de conocerte, porque probablemente hoy estarías criando malvas, y cualquier jurado con buen gusto y dos dedos de frente me habría absuelto.

Por lo visto ser crítico prestigioso te da bula para contar spoilers, porque en revistas como Caimán o Dirigido Por… los destripes están a la orden del día, incluso al hablar de films de estreno: todo sea por los análisis textuales. Por cierto, una vez hice un curso de críticas de cine y conocí a varios de los tipos que escribían en esas publicaciones, y todos negaron que ellos fueran así; siempre era otro el que contaba los spoilers. Claro, claro… En ese momento habría dado un brazo por recordar el nombre del tipo que firmaba la crítica de ESDLA 1 en Fotogramas o el que escribió aquello sobre Million Dollar Baby, y saber si era el mismo individuo que tenía delante y lo negaba algo apurado mientras le caía una gota de sudor por la sien, rollo el médico de Desafío total.

Aparte de los profesionales que cobran por chafarte una película, luego están los aficionados, esa basca sin mala intención, pero con incontinencia verbal incapaces de guardar un secreto, que no pueden evitar contar detalles de la película o el episodio de turno si tienes la desgracia de que lo hayan visto antes que tú. Ya sea en grupos de WhatsApp -de los que no puedes escapar- o en comentarios de redes sociales como facebook, y que cuando les dices que se corten un poco porque hay gente que no se ha quedado a las 3 de la mañana para ver el episodio en directo, reculan y te dicen que bueno, que en realidad no te han contado nada importante. Se distinguen de los pross porque usan un verbo menos fluido, y deben ser mejores personas porque en el fondo se sienten mal por ser tan cotillas. Eso de saberse en posesión de un secreto que otros aún no conocen es manejar información demasiado privilegiada, y claro, les supera y no pueden evitar largarlo en cuanto tienen ocasión. Estos obviamente no pasarían nunca el corte de PricewaterhouseCoopers para hacer el recuento de los Oscars, y tampoco debe quedar ya ninguno vivo en las filas de masones o illuminatis. Otra señal de que son buenas personas es porque, cuando les dices que no te cuenten ningún puto spoiler más, para intentar arreglarlo empiezan a inventar historias estrafalarias sobre cosas que no han pasado en ese episodio o film, pero que tú no lo puedes saber, porque en teoría no lo has visto. Pues no, no lo he visto, pero sé que es mentira, joder, porque son cosas que no tienen ningún sentido - ojalá el final de Perdidos hubiera sido una de esas trolas absurdas-. Luego está la gente que en principio se solidariza contigo porque también le molesta que le cuenten spoilers, pero que cuando ya ha visionado la película o el episodio de turno, ay, amigo, entonces se transforman como caminantes de The Walking Dead y ya les da igual que se destripen cosas. De hecho, también sueltan algún spoiler si les apetece; total, ellos ya lo han visto y tú aún no, retrasado.


Aunque para mala, mala gente, la tipa que vio El sexto sentido en la misma sesión que yo el día del estreno en 1999 en el Cine Serrano de Valencia, y que, al salir a la calle, no se le ocurrió otra cosa que empezar a gritar a pleno pulmón “¡Bruce Willis está muertoooo!” a toda la cola que daba la vuelta a la esquina. La extrañeza de aquellas almas cándidas luego se tornaría furia y dolor eternos cuando entraran en la sala y comprendieran el significado último de aquellas palabras sin sentido, que una enajenada les había gritado cuando hacían cola como borreguitos, esperando a ser llevados al matadero. Yo mismo estuve tentado de hacer uso de ese gran poder dos años después, al salir de Mulholland Drive en los Cines Albatros y encontrarme de cara con los que esperaban para entrar en la siguiente sesión. Pero soy tan buena persona que, cuando vi esa ilusión de cinéfilo que emanaba de sus expectantes caritas, me vi a mí mismo con 9 años a punto de leer al puto Emilio C. García Fernández, y solo acerté a gruñir por lo bajo: grrr, no me he enterado de nada. Con lo que encima les ilusioné todavía más, porque, tratándose de David Lynch, más que un spoiler aquello era todo un cumplido.

Criticoll