A raíz del estreno de la última
temporada de Juego de tronos, de los Vengadores: Endgame o de los ruegos de
Tarantino en Cannes para que aquellos que ya han visto Érase una vez en Hollywood no cuenten nada de su trama, me veo
obligado a escribir acerca de los dichosos spoilers, porque los odio casi tanto
como a la gente que los cuenta. Así que, ojo, ESTE ARTÍCULO CONTIENE SPOILERS.
Odio los artículos de webs como elpaís,
elmundo o elconfidencial que se sienten con el deber moral de informar en
profundidad de cada episodio de Juego de
tronos al minuto siguiente de su emisión, pero que a la vez van de
superenrollados y comprensivos con la plebe que aún no los ha visto, así que al principio del artículo te avisan muy serviciales: ATENCIÓN
SPOILER: A PARTIR DE AQUÍ NO SIGAS
LEYENDO. Vale, vale, entendido, gracias. Pero es que… ¡el spoiler está justo en
el renglón de abajo, me lo estoy comiendo igual porque está en mi *^·”ª línea
de visión, ceporros! Son un falsos, si en realidad se preocuparan por ti y les
supiera tan mal revelártelo, harían como en esos WhatsApps -que antes eran
mails-, que para dar suspense se leían hacia abajo y había mucho espacio en
blanco desde lo del aviso de spoiler hasta el spoiler en sí. La verdad es que no
me imagino un artículo en elpais o elmundo con un hueco de esos en blanco, pero
oye, podrían aprovechar para meter ahí más publicidad todavía: sería un punto y
usuarios como yo lo agradeceríamos.
Otras formas de evitar destripes a
simple vista es que el spoiler esté escrito en amarillo o en blanco, y solo lo
puedas leer al pasar el ratón por encima y seleccionarlo, o que esté oculto con
un botón que haya que clicar para desplegarlo; como hace la gente considerada y que
sí merece seguir viviendo, al estilo del foro de eldoblaje.com o filmaffinity. En cambio, hay otros que te avisan ya de entrada: artículo sin
spoilers. Ok, gracias, estos van más de frente, me gusta. El problema es que… ¡la
foto que te ponen para ilustrar el artículo o el titular del propio artículo ya
es un spoiler! Esto incluye también a todos esos youtubers pesados que horas
después del estreno de cada episodio de Juego
de
tronos ya tenían su puto análisis preparado, con las fotos de los
personajes protagonistas del capítulo bien destacadas en la portada. Como me pasó en el 8x03 con una foto de Arya y
al lado otra del Rey de la Noche, que vi de refilón a la mañana siguiente en la
columna de la derecha de YouTube, cuando entré sin darme cuenta para otra cosa. Después de ver el capítulo me lo puse, y me di cuenta de que el
video se había subido unos días antes de emitirse el episodio, y que todo era
una teoría que se había montado el youtuber: encima el tío era adivino o algo.
Y es que, ¿cuánto tiempo ha de
transcurrir después de un estreno para que se considere que se pueden contar ya
spoilers? Según los hermanos Russo, directores de Vengadores: Endgame, el plazo son 2 semanas. Pues bien, a los cuatro
días del estreno de esa película, un cretino de un podcast de ivoox de Juego de tronos soltó a traición spoilers
de Endgame sin venir a cuento, sólo porque
ya se sentía con derecho a ello: era un martes y para él ya estábamos en plazo,
porque habían pasado cuatro largos días desde su llegada a los cines.
Los críticos cinematográficos suelen ser
bastante aguafiestas: como ellos ya lo han visto, a los demás que les den. Recuerdo
que en el diseño de las críticas en papel de Fotogramas en 2001 había un
recuadrito destacado en colores donde cada crítico ponía lo mejor y lo peor que
le había parecido de cada película. O sea que, sin leer la crítica, solamente pasando
tus ojos por la página, ya lo leías sin querer. Pues bien, al prenda que hizo
la crítica de El señor de los anillos: La
comunidad del anillo no se le ocurrió otra cosa que poner bien grande “La muerte de Boromir” en lo que él
creía que era Lo Peor. ¡¡Hijoeputa, Lo Peor Eres Tú!! Otro crítico del suplemento
cultural en papel de El Mundo hablaba una vez en una página entera sobre Million Dollar Baby, y trazaba
paralelismos con Mar adentro en un
sesudo análisis -sé que lo era porque utilizaba mucho empero- sobre cómo las dos películas venían a ser al final valientes
apologías de la eutanasia, porque a este personaje le pasaba como a Ramón
Sampedro en aquella, y el otro le ayudaba a morir también, a pesar de ser facha, fíjate tú, y tal y tal. La verdad es que le quedó muy chulo el
escrito, lástima que estábamos en febrero de 2004... ¡¡En el mismo fin de semana del
estreno de la película, cabronazo!!
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhe58WhqiAVZjB34FNSeiBoMudpkeHNPbfha1V4xTV3OT8Lbou0i8fl5P7sfAv3KjbuykuoUB2mtcp9K6jG3YKJYmegQCbm1sAtdE2f5Tv90Ui9oMGvBeJ8Mf1rse3-G9mVKLTA4UNGsYj7/s400/13.jpg)
Por lo visto ser crítico prestigioso
te da bula para contar spoilers, porque en revistas como Caimán o Dirigido Por…
los destripes están a la orden del día, incluso al hablar de films de estreno:
todo sea por los análisis textuales. Por cierto, una vez hice un curso de
críticas de cine y conocí a varios de los tipos que escribían en esas
publicaciones, y todos negaron que ellos fueran así; siempre era otro el que contaba
los spoilers. Claro, claro… En ese momento habría dado un brazo por recordar el
nombre del tipo que firmaba la crítica de ESDLA
1 en Fotogramas o el que escribió aquello sobre Million Dollar Baby, y saber si era el mismo individuo que tenía delante
y lo negaba algo apurado mientras le caía una gota de sudor por la sien, rollo el
médico de Desafío total.
Aparte de los profesionales que
cobran por chafarte una película, luego están los aficionados, esa basca sin
mala intención, pero con incontinencia verbal incapaces de guardar un secreto, que
no pueden evitar contar detalles de la película o el episodio de turno si
tienes la desgracia de que lo hayan visto antes que tú. Ya sea en grupos de WhatsApp
-de los que no puedes escapar- o en comentarios de redes sociales como facebook,
y que cuando les dices que se corten un poco porque hay gente que no se ha
quedado a las 3 de la mañana para ver el episodio en directo, reculan y te dicen
que bueno, que en realidad no te han contado nada importante. Se
distinguen de los pross porque usan un verbo menos fluido, y deben ser mejores
personas porque en el fondo se sienten mal por ser tan cotillas. Eso de saberse
en posesión de un secreto que otros aún no conocen es manejar información
demasiado privilegiada, y claro, les supera y no pueden evitar largarlo en
cuanto tienen ocasión. Estos obviamente no pasarían nunca el corte de PricewaterhouseCoopers
para hacer el recuento de los Oscars, y tampoco debe quedar ya ninguno vivo en
las filas de masones o illuminatis. Otra señal de que son buenas personas es porque,
cuando les dices que no te cuenten ningún puto spoiler más, para intentar
arreglarlo empiezan a inventar historias estrafalarias sobre cosas que no han
pasado en ese episodio o film, pero que tú no lo puedes saber, porque en teoría
no lo has visto. Pues no, no lo he visto, pero sé que es mentira, joder, porque
son cosas que no tienen ningún sentido - ojalá el final de Perdidos hubiera sido una de esas trolas absurdas-. Luego está la
gente que en principio se solidariza contigo porque también le molesta que le
cuenten spoilers, pero que cuando ya ha visionado la película o el episodio de
turno, ay, amigo, entonces se transforman como caminantes de The Walking Dead y ya les da igual que
se destripen cosas. De hecho, también sueltan algún spoiler si les apetece;
total, ellos ya lo han visto y tú aún no, retrasado.
Aunque para mala, mala gente, la
tipa que vio El sexto sentido en la
misma sesión que yo el día del estreno en 1999 en el Cine Serrano de Valencia, y
que, al salir a la calle, no se le ocurrió otra cosa que empezar a gritar a
pleno pulmón “¡Bruce Willis está
muertoooo!” a toda la cola que daba la vuelta a la esquina. La extrañeza de aquellas almas cándidas luego se tornaría furia y dolor eternos cuando
entraran en la sala y comprendieran el significado último de aquellas palabras
sin sentido, que una enajenada les había gritado cuando hacían cola como
borreguitos, esperando a ser llevados al matadero. Yo mismo estuve tentado de
hacer uso de ese gran poder dos años después, al salir de Mulholland Drive en los Cines Albatros y encontrarme de cara con
los que esperaban para entrar en la siguiente sesión. Pero soy tan buena
persona que, cuando vi esa ilusión de cinéfilo que emanaba de sus expectantes caritas,
me vi a mí mismo con 9 años a punto de leer al puto Emilio C. García Fernández,
y solo acerté a gruñir por lo bajo: grrr,
no me he enterado de nada. Con lo que encima les ilusioné todavía más, porque,
tratándose de David Lynch, más que un spoiler aquello era todo un cumplido.
Criticoll
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