La vida de Pi
TÍTULO ORIGINAL:”Life of Pi” (2012). DIRECTOR: Ang Lee. REPARTO: Suraj Sharma, Rifan Khan, Tabu, Rafe Spall, Gérard Depardieu.
Cuando Ang Lee acierta es capaz de lo mejor, como en Sentido y sensibilidad: una deliciosa adaptación de Jane Austen en la que demostró su buen hacer en la campiña inglesa como discípulo aventajado de Ivory; o en Brokeback Mountain, la notable película de amor homosexual que aupó al estrellato al malogrado Heath Ledger, y que por su atrevimiento fue boicoteada por los académicos en los Oscars de 2005 en beneficio de Crash. Pero cuando falla… en fin, ahí están Hulk o la sobrevalorada Tigre y Dragón para el que quiera recordarlo; yo paso, gracias. Sin embargo, con La vida de Pi el taiwanés parece haberse quedado a medio camino de ambos extremos, ya que si bien no se puede decir que sea un error o una mala película, tampoco se contará entre sus films más destacados, más allá de la espectacularidad de sus imágenes infográficas o de su feroz promoción, que nos la ha vendido como el milagro cinematográfico del año, y... ni mucho menos. La película está basada en un best-seller del franco-canadiense Yann Martel -nacido en Salamanca ¿?- y, como el libro, está narrada en forma de flash-back. Así que ya empezamos mal, amigo Ang… vaya suspense si sabemos que el protagonista sobrevive... Bueno, como nos dice el título, el asunto va sobre la vida de Pi, un hombre indio de mediana edad que le relata a un periodista el hecho más extraordinario de su existencia: cuando el barco que lo llevaba a Canadá de adolescente se hundió, teniendo que compartir un bote salvavidas durante meses con un tigre de bengala hecho por ordenador. Este último dato no es gratuito, ya que el libro de Martel le rondaba por la cabeza a Lee desde 2003, cuando todavía no se habían desarrollado los medios técnicos necesarios para hacer creíbles las escenas entre un felino CGI y un actor humano. Pero tras los avances tecnológicos de Avatar, parece como si todo lo que puede ser imaginado pudiera ser filmado -como profetizaba Kubrick-, así que ya tenemos aquí a Pi y a Richard Parker compartiendo plano y peleando por sus vidas como si nada.
Hay que decir que la película no acaba de tener muy claro el tipo de público al que va destinada, ya que su tufillo espiritual tan remarcado atraerá a los espectadores más new age, pero, por otro lado, la aparición de tantos animalitos y la blancura de su mensaje la hacen también apetecible como cinta distrae-niños. Lo cierto es que, ya se pertenezca a un grupo u otro -o a ninguno-, a nadie se le escapa que el film tarda bastante en arrancar; ya que por lo menos hasta los 40 minutos de metraje no embarca para América el muchacho, siendo sus peripecias de antes de la travesía un poco aburridas. Pero es que una vez en remojo, más allá de la brillantez de sus efectos visuales, a mí personalmente me dio la impresión de que la aventura en el océano tampoco llega a ser tan épica o extrema como prometía, no sé; quizá porque Pi se agencia pronto el manual de supervivencia del bote y demuestra ser más mañoso que MacGyver. OJO, ALGÚN SPOILER A PARTIR DE AQUÍ. Y cuando llegan a la isla… bueno, que el chico retorna a la mar porque lo ponía en el guión, pero ya me dirás tú si te vas a volver a un bote de remos junto a un tigre después de estar durante meses anhelando encontrar tierra firme. En cuanto a lo del giro final de la segunda historia, decir que queda raro y no está muy bien expuesto, ya que Lee prefiere mostrarnos todo el rato el plano del joven en el hospital mientras lo cuenta en lugar de ilustrar lo narrado con otro socorrido flash-back. Para quien dude sobre cuál de las dos versiones es la real… bueno, queda ambiguo, pero para mí está claro desde el sentido común y la emoción de Pi al rememorar una y otra. Una argucia de guión algo forzada pero que probablemente fue lo que más atrajo a M. Night Shyamalan cuando se hablaba de que sería él quien adaptaría esta historia al cine. Al final no fue el hindú, ni Alfonso Cuarón, ni Jean-Pierre Jeunet, sino Ang Lee, que abarató costes rodando en su país natal y que con este largo añade un nuevo título a su ecléctica filmografía. En la que ya sólo parece faltarle una cinta de terror adolescente, una película sobre la Guerra Civil Española o alguna comedieta con Adam Sandler.
Criticoll
No hay comentarios:
Publicar un comentario