Argo para todos
Muy repartidos. Esa es la conclusión que se extrae de la 85ª edición de los Oscars que coronó a Argo como la nueva reina de Hollywood y que vio cómo 8 de las 9 cintas candidatas a mejor película se llevaban algún premio a casa. El film de Ben Affleck hizo buenos los pronósticos y se cargó a Lincoln, la máxima favorita cuando se anunciaron las nominaciones allá por Enero, pero que se fue desinflando espectacularmente hasta el punto de que un mes después en Las Vegas ya nadie daba un dólar por ella ¿? Igual es que la vieron.
Como maestro de ceremonias debutó con éxito Seth MacFarlane, el creador de Padre de familia y de la cuerda polémica de Ricky Gervais, aunque al final no lo fue tanto y se mantuvo bastante cerca de la corrección política. Si bien empezó fuerte con sus pullas a la academia por dejar fuera a Ben Affleck en la categoría de mejor director, sus intenciones de hacer reír al pétreo Tommy Lee Jones o su conexión en directo con William Shatner-Capitán Kirk del futuro, que le advertía sobre lo que no tenía que hacer para no ser elegido el peor presentador de la historia: irreverencias como la canción We Saw Your Boobs, en la que con su vozarrón de crooner iba enumerando actrices y películas en las que se les veían las tetas, y con la que Charlize Theron o Naomi Watts fingían enfadarse. Pero no, era un montaje y grabado, llevaban otros vestidos.
Precisamente Skyfall fue una de las protagonistas de la noche al hacer historia y convertirse en la tercera película de la franquicia James Bond en ganar Oscars -Goldfinger y Operación Trueno recibieron uno cada una en 1964 y 1965, respectivamente-. De hecho es la primera de la saga en alcanzar 2 estatuillas gracias a la brillante canción de Adele y a los mejores efectos de sonido, compartidos ex aequo con La noche más oscura, la sexta vez en la historia de los Oscars en los que hubo un empate y dos ganadoras en la misma categoría. La Academia quiso homenajear a 007 así mismo con un video conmemorativo por sus 50 años en el cine, coronado por la aparición estelar de Shirley Bassey cantando en directo la mítica Goldfinger. Digo yo que también habría sido un buen detalle incluir a Skyfall en la decena de nominadas al Oscar, la ocasión lo merecía… Nueve es un número raro para cerrar una categoría y la película tenía calidad de sobra para no haber levantado sospechas. Bueno, al menos en 2062 puede que llamen a Adele para que interprete el tema de Skyfall en el 100 aniversario del personaje.
Otra actuación sonada fue la vuelta a la ceremonia de Barbra Streisand tras 36 años de ausencia y desencuentros varios con la Academia. La diva de Brooklyn cantó su The Way We Were y homenajeó así al desaparecido Marvin Hamlisch, el último en aparecer en el video In Memoriam a los fallecidos en 2012, entre los que se encontraban Ernest Borgnine, Tony Scott, Celeste Holm, Nora Ephron o la diseñadora de vestuario Eiko Ishioka, quien, como el Cid, habría ganado su última batalla después de muerta si Blancanieves (Mirror, Mirror) no hubiera perdido frente a la favorita Anna Karenina. Un hecho que también dejó fuera al español Paco Delgado por Los miserables.
Precisamente Lés Miserables -qué bien pronunciaban todos en francés el título original- fue otro de los referentes de la velada, como no podía ser menos en una edición cuyo tema era La música en el cine. Y es que todo el elenco de la película -Jackman, Hathaway, Crowe, Seyfried, Baron Cohen, Redmayne, etc- subió al escenario para cantar One More Day y llevarse la esperada standing ovation del público, un reconocimiento que también obtuvo pocos minutos antes Jennifer Hudson con un tema de Dreamgirls -aunque probablemente también influyó en el ánimo colectivo el recuerdo de los terribles asesinatos en su familia-. Se trataba de tres actuaciones seguidas con la excusa de celebrar los diez años del Oscar a Chicago, y que abrió Catherine Zeta-Jones con All that Jazz. Nada, que en vez de olvidar aquella afrenta al cine, va y la conmemoran…
La novedad musical fue que la orquesta no estaba físicamente en el Dolby Theater, sino en el edifico circular del Capitol Studios, en la misma acera de Hollywood Boulevard pero unas manzanas más al Sur. Así que cuando sonaba la amenazante música de Tiburón para que los premiados cortaran sus rollo-discursos en realidad los músicos lo estaban viendo por la tele…
Llegados a este punto hay que hablar de la película más oscarizada de la noche, que no fue otra que la sobrevalorada La vida de Pi con cuatro: banda sonora, efectos visuales, fotografía -para el chileno Claudio Miranda- y director; un Ang Lee que empataba así con Frank Borzage y George Stevens al ganar por segunda vez el Oscar al mejor director por una cinta que al final no lograba el de mejor película. Otra más y le iguala el récord a John Ford, que lo hizo en 3 de sus 4 Oscars. Precisamente, la estatuilla al mejor director fue el centro de la polémica este año, ya que el premio para Ang Lee tenía que haber sido en realidad para Ben Affleck, pero, es que… no estaba nominado ¿? porque, como dijo Seth McFarlaine, la academia la había cagado y lo sabía. Así pues, con Affleck fuera, ¿a qué director darle el Oscar? Los académicos tiraron por lo fácil, y para no otorgárselo a Spielberg por la densa y aburrida Lincoln -además de por la ancestral tirria que le tienen desde El color púrpura-, ni al europeo Haneke -ya tenía bastante con el de película extranjera-, ni a David O’ Russell o Benh Zeitlin -estamos de coña, ¿no?- el único que fría y objetivamente podía ganar era Ang Lee, con la coartada además de dirigir la película más oscarizada del año y de tener un prestigio por haber ganado ya la estatuilla. La standing ovation ante el taiwanés maquilló todas estas maquinaciones de pasillo, como si su Oscar fuera lo más lógico y merecido del mundo…
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Para la entrega del último y más importante Oscar, la academia decidió innovar y, junto con el eterno Jack Nicholson -¿alguien recuerda alguna gala en la que no haya estado?- se estableció una conexión en directo con la Casa Blanca, donde estaban Michelle Obama y un grupo de gente vestida rara haciendo bulto, dispuestos a desvelar el misterio y darle el postrero disgusto a Spielberg. La primera dama USA abrió el sobre y dio como ganadora a Argo, de Ben Affleck, que al final pudo subir al escenario junto a Grant Heslov, George Clooney y el resto de su equipo para recibir los agasajos de la academia y el público, 15 años después de aquel sorprendente Oscar como co-guionista de El indomable Will Hunting.
LO MEJOR
Lo bien que administró Mark Wahlberg la sorpresa de que hubieran 2 películas ganadoras en los efectos de sonido: primero nombró al equipo de La noche más oscura y luego, cuando éstos recogieron sus premios y se retiraron del escenario, anunció el segundo film ganador, con pausa dramática y suspense incluidos: ¡Skyfall!
El vestido de Jennifer Lawrence, aunque le hiciera tropezar.
LO PEOR
La chapuza de la Academia al no nominar a Ben Affleck como director.
La enésima humillación a Spielberg. Por mucho que Lincoln fuese un poco ladrillo, el hombre que salvó a la industria del cine USA en los ’70 junto a Lucas no se merece estas afrentas que periódicamente recibe por parte de la Academia de Hollywood.
Que Pixar gane la película de animación hasta cuando entrega una cinta normalita como Brave. ¡Rompe Ralph! o Frankenweenie -con la posibilidad de premiar por fin a Tim Burton con un Oscar- habrían sido mejores decisiones.
El vestido de Anne Hathaway...
Que George Clooney ganara otro Oscar. Al menos estuvo calladito y no le quitó el protagonismo a Ben Affleck.
Que Jean Dujardin no dijera Je… y luego no hiciera la pausa dramática de Wahlberg al leer el sobre a la mejor actriz. La cara de las dos favoritas habría sido impagable :)
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