Nominada a 8 Oscars: Mejor Película, Mejor Actor -Bradley Cooper-; Mejor Actriz -Lady Gaga-; Mejor Actor Secundario -Sam Elliott-; Mejor Guión Adaptado; Mejor
Canción Original -Shallow-; Mejor
Sonido; Mejor Fotografía.
Ganará seguro: Mejor Canción Original.
Si echamos la vista atrás a
Septiembre de 2018, Ha nacido una estrella se postulaba a priori como una de las dos grandes favoritas a los Oscars junto
con First Man. Pero desde entonces han
pasado muchas cosas que han hecho variar esa apreciación: el biopic de Damien
Chazelle sobre Neil Armstrong se quedó en el camino por rollero y la ópera prima de Bradley Cooper se ha ido deshinchando poco a poco en las
apuestas, siendo adelantada por cintas menos convencionales como Roma o La favorita -las 2 más nominadas- así como por sleepers del estilo de Green
Book o Bohemian Rhapsody, que ya
la dejó sin premio en los Globos de Oro, dándole una pista poco halagüeña sobre sus aspiraciones reales en los Oscars.
Y eso que A Star is Born 2018 venía de una gran recepción crítica en Venecia
y con el pedigrí de ser la cuarta versión del mítico argumento ideado por
William A. Wellman y Robert Carson en 1937, por el que ambos ganaron el Oscar
al mejor guión original. Sin embargo, las otras dos adaptaciones posteriores son
más famosas: la de George Cukor en 1954 con Judy Garland y James Mason, y la de
1976 dirigida por Frank Pierson con Barbra Streisand y Kris Kristofferson, que
cambiaba el cine por la música para contar la misma historia; la de una joven
promesa descubierta por una vieja gloria alcohólica, que se casa con ella y ve
cómo su carrera se apaga mientras que la de su esposa sube, hasta ocupar su
lugar en la cima. La película de Bradley Cooper, al estar ambientada en
el ámbito musical, es bastante parecida a la de 1976, aunque es mucho más entretenida
y mantiene un buen ritmo de interés durante todo su metraje, lo que hace que se
pase en un suspiro; algo que tanto el film de Pierson como otras candidatas a
mejor película de este año no podrían decir -hola, Roma-.
Este largometraje en principio
iba a ser dirigido en 2011 por Clint Eastwood -que tenía en mente a Beyoncé como
protagonista-, aunque al final ambos se desentendieron, si bien Clint le habló
del proyecto a Bradley Cooper en el rodaje de El francotirador. El actor se interesó lo suficiente como para
hacer de él su debut como director, y con la entrada de Lady Gaga la ecuación
se completó. Aunque la diva tuvo que pasar un casting previo, la balanza se
decantó finalmente por ella ya que aportaba el extra de su talento como
compositora, y se le hizo el encargo de escribir canciones nuevas expresamente
para la película. Lo cierto es que Cooper y Gaga transmiten una química especial
en la pantalla -estos se liaron seguro- y el resultado final de A Star Is Born no es nada desdeñable, dando
la impresión de que se le podía sacar mucho partido a un nuevo remake situado en la época
actual, como así ha sido. Pensemos en la escena de la humillación pública de Ally
a cargo de Jackson en los Grammys, mucho más escalofriante en estos tiempos digitales de
postureo y YouTube… Esos momentos de tierra,
trágame que ahora con internet quedan grabados para siempre, y capaz de
hundir cualquier reputación, como le dice el manager de Ally a Jackson en un
demoledor diálogo: “Casi acabas con su
carrera tú solito. Sólo por seguir casada contigo queda como el puto culo.” Al film le favorece así mismo el buen manejo con la cámara que demuestra Cooper, con una puesta en escena
preparada a conciencia. De este modo, Ally-Gaga aparece filmada en primer plano desde el
principio de la película, incluso cuando está en el baño, como si la cámara
tuviese vida propia y supiese que ella tiene madera de estrella -Ally mira a la cámara
directamente en ocasiones, Jackson la rehúye al ser un hombre atormentado-; o
que el punto de vista esté siempre situado sobre el escenario durante las
actuaciones musicales, que por cierto están todas rodadas con sonido directo; la
otra candidatura que Ha nacido una
estrella tiene grandes posibilidades de concretar, con permiso de Bohemian Rhapsody.
Sin embargo, no creo que el film
tenga opciones en las categorías interpretativas. Bradley Cooper está correcto
en su interpretación y se defiende bien cantando, pero nunca llegamos a
entender el origen de los demonios interiores que atormentan tanto a Jack, y
como la he visto doblada no sé si en inglés Bradley Cooper tiene
todo el rato esa voz de colgado tan molesta que pone en el doblaje Sergio
Zamora, hasta cuando se supone que está sobrio -para comparar, Zamora dobla
también a Rami Malek en un registro totalmente distinto en Bohemian Rhapsody-. En cuanto a Lady Gaga, todo el mundo parece haberla descubierto ahora como actriz, cuando
lo cierto es que ya obtuvo un Globo de Oro de TV por hacer de vampira en American Horror Story: Hotel. Gaga ha conseguido
cerrar las bocas que entonces se burlaron de ella -como Leo DiCaprio-, aunque
no creo que le quite el Oscar a Glenn Close u Olivia Colman: su personaje no
está tan bien escrito -no se entiende su agresión al policía que le pide un selfie a Jackson-, y también se echa de
menos una escena al final que muestre todo su dolor tras enterarse de la desaparición de Cooper,
solventada con una socorrida elipsis quizá porque Gaga no lograba transmitir
esa intensidad. En cuanto a las posibilidades de Sam Elliot como secundario, creo
que son bastante nulas: sale en pocas escenas y sorprende que haya alcanzado la
nominación, que huele a homenaje a su carrera por los cuatro costados. Aunque, al
menos, su personaje tiene la oportunidad de expresar una bella reflexión acerca de
la creación artística, en este caso sobre la música: “12 notas dentro de una octava que se repiten. Es la misma historia
contada una y otra vez. Hasta el infinito. Todo cuanto un artista puede ofrecer
al mundo es su forma de ver esas 12 notas. Nada más.”
Donde Lady Gaga sí tiene todas las papeletas para llevarse un Oscar -tal y como hizo Barbra Streisand por Ha nacido una estrella en 1976- es como
compositora en la categoría de Mejor Canción Original gracias a Shallow, un tema que posee la cualidad
de las grandes canciones -como decía el Jeff Bridges de Corazón rebelde-, de que desde la primera vez que la escuchas sientes que ya la has oído antes. Espero que los otros tres compositores de Shallow hayan ido al servicio y no estén
demasiado colocados cuando suban a recoger la estatuilla, no vaya a ser que tengamos
un momento de metacine y les pase lo mismo que a Bradley Cooper en la película.
Ahora que lo pienso, lo que podría haber hecho la Academia para cubrirse las
espaldas es entregar esta categoría también durante la pausa de publicidad,
como iban a hacer con la fotografía, el montaje, el maquillaje y los cortos de
imagen real; las cuatro categorías marginadas, según las malas lenguas, al ser
las únicas donde la Disney -dueña de la cadena ABC, que retransmite la gala- no
tenía ninguna película nominada. En cualquier caso, digo que “iban” porque, como
se veía venir ante la respuesta negativa tan generalizada, la Academia ha reculado de nuevo con
otra de sus ideas de bombero y al final ningún Oscar se entregará durante los
anuncios…
Criticoll