lunes, 12 de diciembre de 2011

Super 8 millas

"Attack the Block"

TÍTULO ORIGINAL: “Attack the Block (2011). DIRECCIÓN Y GUIÓN: Joe Cornish. REPARTO: John Boyega, Jodie Whittaker, Luke Treadaway, Alex Smail, Nick Frost, Jumayn Hunter, Franz Drameh.

Attack the Block arranca con un plano nocturno de las estrellas que no parece sino un guiño-homenaje a La Cosa de John Carpenter: con el UFO de turno acercándose a la Tierra con intención de caer en un lugar indeterminado de su geografía. Pero fíjate tú que en vez de hacerlo en el típico escenario de siempre -un lujoso barrio residencial USA o en medio de Manhattan-, va y aterriza en un ambiente tan hostil como los fríos hielos antárticos: en el suburbio londinense de Kennington. Un escenario tan poco recomendable para invadir como el Bronx o las favelas de Ciudad de Dios, y que es para que los aliens viajeros se hagan mirar su particular guía del autoestopista galáctico. Y es que el barrio elegido resulta ser el de unos pandilleros a los que, poco antes de la llegada de los extraterrestres, los vemos atracar a una joven que paseaba tranquilamente por allí. Un suceso interrumpido por la aparición del primer alien -a los que pronto seguirán muchos más-, y que llevará a los jóvenes a armarse y luchar contra los intrusos en su territorio sin pensar demasiado en su procedencia.

Attack the Block nos propone una desenfadada mezcla entre Gremlins, Critters, Goonies y demás productos de los ’80 con películas de asedios urbanos como Asalto a la comisaría del distrito 13 o The Warriors de Walter Hill, todo ello bañado con el humor habitual de la factoría Edgar Wright, que ya dio pie a films tan recomendables como Zombis Party. El resultado quizá no llegue a la altura de este título, aunque sí logra al menos ser entretenido, consiguiendo que casi no se note su modestia presupuestaria gracias a una inteligente puesta en escena y a un efectivo montaje, que hacen que sus 88 minutos pasen sin respiro.

Donde Joe Cornish patina un poco es al obligar al espectador a identificarse con un grupo de personajes muy discutibles, que más que rebeldes sin causa se antojan delincuentes a ojos de un servidor. Y es que, con el recuerdo todavía fresco de los disturbios de este verano en Londres, se hace difícil simpatizar con unos tipos que no habrían dudado en participar en aquellos asaltos y saqueos. Por mucho que luego la propia chica atracada se una a ellos para sobrevivir, o que a Moses -el jefe de la banda-, nos lo pinten como alguien excesivamente noble y resuelto, que por supuesto se sacrificará por todos antes de arrepentirse de sus fechorías. Una moralina no muy acorde con la demoledora crítica social que desliza el film, que aprovecha la coyuntura de la ciencia-ficción para repartir estopa a objetivos muy definidos y reales: a la policía -la autoridad en la que nadie confía, y que ni tan siquiera con un ataque alienígena se digna a aparecer por un barrio degradado-; al gobierno -sospechoso para Moses y sus amigos de haber mandado a los aliens para librarse de ellos, tras intentarlo con las armas y las drogas-; o a las ONGs, entes más preocupados por ayudar a individuos de otro continente que a los desheredados de la calle de al lado. Un punto de vista bastante caústico y que no deja de tener su parte de razón de Cornish respecto a las desigualdades del mundo actual, rematado por el triste destino que les reserva a sus héroes a pesar de haberle salvado el trasero al planeta: el trullo puro y duro.

Criticoll

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