Los diarios del ron
TÍTULO ORIGINAL:”The Rum Diary” (2011). DIRECCIÓN Y GUIÓN: Bruce Robinson. REPARTO: Johnny Depp, Michael Rispoli, Aaron Eckhart, Amber Heard, Giovanni Ribisi, Richard Jenkins, Amaury Nolasco, Marshall Bell.
Los diarios del ron supone la cuarta ocasión en la que Johnny Depp se aproxima al universo de Hunter Stockton Thompson, si contabilizamos la genial Miedo y asco en Las Vegas, el documental Gonzo: Vida y hazañas del Doctor Hunter S. Thompson o ese singular homenaje que le brindó a la figura de su amigo y paisano como el camaleón Rango.
Un proyecto del que Depp fue responsable desde el principio, animando, primero, a Thompson a publicar su novela a fines de los ’90 -tras permanecer casi cuarenta años en un cajón- y después al hacerse cargo de su adaptación al cine como co-productor e intérprete. Sin embargo, y a pesar de todo ese trabajo previo, hay que reconocer que The Rum Diary resulta finalmente un film fallido que no acaba de encontrar su propia identidad. En efecto, la película empieza como una comedia alocada, cercana a “Miedo y asco…” con mucho alcohol, excentricidad por doquier y personajes frikis, que auguran cuando menos una reedición caribeña del film de Gilliam. Pero, poco a poco, el ritmo y el interés de la historia comienzan a decaer, lo que parecía que iba a ser se frustra y al final el largo no está para muchas bromas, quedando más próximo a la amargura de El americano impasible en su denuncia del colonialismo o la especulación inmobiliaria que a la locura que se suponía nos iba a ofrecer en su inicio.
Y es que la película es víctima de su propia indefinición y no acaba de decidirse por ser un drama o una comedia, algo que también se podría trasladar al personaje de Paul Kemp-Depp-, a ratos un bufón alcohólico y otras un héroe romántico, tan capaz de beberse 169 botellines del minibar como de luchar quijotescamente contra el establishment junto a su pareja de Sanchos Panzas beodos. Existen, así mismo, en The Rum Diary escenas con demasiado diálogo, otras bastante gratuitas -como las que muestran el romance entre Kemp y la bella Chenault -Amber Heard-, hasta alcanzar todo ello una duración excesiva de casi dos horas. Sin duda que una poda de varios minutos no le habrían venido nada mal al film, que también necesitaba un director y guionista con más brío y menos rutinario que Bruce Robinson -Withnail and I queda ya muy lejos-, para poder poner algo de orden en el conjunto. Así mismo, a la película se le notan las ingerencias en el guión de Johnny Depp o del otro productor Graham King, quién sabe si por no estar muy satisfechos con lo que veían cada día en el rodaje… En el aspecto positivo, destacar al menos la presencia de Michael Rispoli y Giovanni Ribisi como los dos zarrapastrosos compañeros de piso y curro de Depp -erigidos en roba escenas desde el momento en el que aparecen-, o la fotografía del polaco Dariusz Wolski, operador de confianza de la estrella en Piratas del Caribe o Alicia en el país de las maravillas y que aquí consigue una atractiva tonalidad de imagen que recuerda a la de las típicas cintas de los años ’50.
Criticoll
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