Take Shelter
TÍTULO ORIGINAL: “Take Shelter” (2011). DIRECCIÓN Y GUIÓN: Jeff Nichols. REPARTO: Michael Shannon, Jessica Chastain, Shea Whigham, Katy Mixon, Kathy Baker, Lisa Gay Hamilton, Scott Knisley.
Un poco tapada entre transatlánticos como Titanic 3D o La fría luz del día nos ha llegado estas pascuas Take Shelter, un film indie USA que cuenta entre sus bazas con el premio de la crítica en el pasado festival de Cannes -el FIPRESCI- o sus nominaciones a todo en Sundance o en los Independent Spirits Awards.
Take Shelter nos cuenta la historia de Curtis LaForche -Michael Shannon-, un obrero de la construcción que vive en un pequeño pueblo de Ohio con su mujer Sam -Jessica Chastain- y su hija, una niña sorda de seis años. Curtis empieza a sufrir fuertes alucinaciones apocalípticas que no sabe si son consecuencia de una enfermedad mental -su madre es esquizofrénica- o premoniciones reales, pero que le llevan a gastarse todos sus ahorros en construir un refugio subterráneo ante la perplejidad de su esposa y amigos…
La película supone un extraño cruce entre drama social indie, terror psicológico o cinta de catástrofes, y se beneficia del trabajo de un portentoso Michael Shannon como Curtis, un actor de inquietante presencia a quien su papel en esta cinta le viene como anillo al dedo. En efecto, como la Nina-Portman de Cisne Negro, acompañamos al protagonista hasta dentro de su cerebro para sumergirnos en su paranoia y sufrir con él la indiferencia de sus semejantes, que no aciertan a comprender las razones de esa ansiedad producida por unas pesadillas terribles, en las que el planeta es destruido por la madre de todas las tormentas.
El film tiene un ritmo algo lento y al final no sabe si decantarse más por la vertiente realista o la fantástico-terrorífica, aunque la rara incertidumbre de lo que sucederá a continuación mantiene vivo el interés del espectador, a quien hasta la última escena no se le revelará toda verdad sobre lo que le ocurría a Curtis. Sin embargo, donde el largo realmente funciona y resulta provechoso es al reinterpretarlo como una metáfora de la actual crisis económica; con Shannon como ese ciudadano cualquiera del mundo enfrentado a sus miedos a perder lo básico -la familia, la vivienda, el empleo- ante el horror de lo que se aproxima -la crisis/tormenta- y que nadie salvo él cree haber visto venir. De hecho, algún programador con imaginación debería hacer una sesión doble con Take Shelter y Margin Call; dos ejemplos -cada uno en su estilo- de los inicios del terror cotidiano que padecemos hoy.
Criticoll
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