lunes, 2 de enero de 2012

RESUMEN DEL AÑO (II)

SUFICIENTE

Las películas que daban el mínimo exigido, pero que se quedaban bastante cortas respecto a lo que a priori nos habían vendido.

Cowboys & Aliens

Uno de los fracasos del año para la Universal, que la metía en el saco del desastre junto con El Hombre Lobo y El mundo de los perdidos. Y es que sus preestrenos fueron tan paupérrimos, que el estudio obligó a que se rodaran escenas nuevas y a que Harrison Ford moviera el culo de su rancho y se acercara a la Comic Con de San Diego a lucir palmito y promocionar la cinta ante los fans babeantes, algo que no había hecho ni por Spielberg con Indiana Jones IV -normal, le daría vergüenza, al hombre-. Pero en el fondo, Cowboys & Aliens, si nos olvidábamos que había costado 200 millones de dólares, no estaba tan mal, era entretenida y todo, con Daniel Craig imitando a Chuck Norris con su cara de granito perpetuo, como diciendo: a que te meto… además de tener a Harry con pistolón y sombrero vaquero, Olivia Wilde, Keith Carradine, el Monument Valley, indios, cowboys, aliens, y, y, y, y qué conyo, ¡que era un western, y ya no se hacen! Encima, la película contribuía a una gran labor social, como era la de ayudar al Servef USA dándole una pista sobre dónde reinsertar a los aliens que vinieran del espacio exterior buscando curro: como mineros encontradores de oro, los mejores de la galaxia.

Larry Crowne

O la crisis económica según Tom Hanks, un actor comprometido pero de esos de cobrar 20 millones de dólares por película. Aquí, Tom jugaba a hacerse el pobre encarnando a un recién parado que se apuntaba a la Uni para pasar el rato mientras le embargaban la casa. Pero… la de un universo paralelo, se supone, porque la edulcorada realidad que nos pintaba el amigo Hanks en su segunda película como director se las traía. Todo el mundo ayudaba al prójimo, cualquier parado cincuentón podía entrar en la universidad, ligarse a una profesora con cara de Julia Roberts, encontrar trabajo y tener aún tiempo para dar vueltas por ahí en scooter como un lila con una entrañable peña de moteros -y sin casco, como bien apuntó una poco impresionada DGT-. Total, que hasta Teddy Bautista y Urdangarín nos habrían caído bien si hubieran aparecido también por allí. Y es que Larry Crowne era una comedia ilusa e involuntariamente frívola que pretendía arrojar esperanza en tiempos duros de crisis, pero que con su exceso de azúcar y buenrollismo conseguía justo el efecto contrario, acercándola mucho más al género de la ciencia-ficción. ¿Qué por qué la apruebo entonces? Pues porque no soy diabético y porque uno, snif, en el fondo es un sentimental.

Resacón 2, ¡ahora en Tailandia!

A Resacón 2 le faltó el canto de un euro para que la metiera en el hoyo con El Capitán Trueno y compañía, pero de pronto recordé los buenos ratos pasados con la original y que en este remake -sí, remake, porque una segunda parte es otra cosa, no calcar la misma película de pe a pá- aparte de en las míticas fotos del final, al menos me había reído en un par de escenas: el despertar del resacón y en el camión con el monje y el mono. Pero poco más se puede salvar de esta cinta, cuya única razón de existir fue el inesperado taquillazo de la 1. Y es que, con una premisa tan concreta y el factor sorpresa perdido, daba la sensación de que Todd Phillips no se hubiera sentado a escribir el nuevo guión mucho más tiempo que a lavarse los dientes, o a contar los fajos que le dio la Warner por producir, co-escribir y dirigir esta innecesaria secuela; que dispuso de 80 millones de euros de presupuesto en comparación con los 35 de la primera. Pero esta vez más no fue mejor, y con el cambio de ciudad del pecado -de Las Vegas a Bangkok- resultó como si la gracia se quedase en la maleta y se hubieran limitado a repetir gags y situaciones de forma rutinaria y del modo más escatológico posible. Olvidándose de aquel espectador al que se le trataba con más inteligencia antes y que aquí debía creer que existiera alguien tan irritante y estúpido por ahí suelto como Alan Garner -el personaje de Zack Galifianakis-, una mera caricatura andante. O que fuera prioritario acudir puntual a una boda antes que pasar por el hospital para que le reimplantaran un dedo de la mano a un pobre muchacho mutilado, al que de todas formas tampoco le preocupaba mucho su apéndice cortado. Con decir que el que mejor actuaba era el mono…Y sin tratar de ser aguafiestas, tampoco su apología de la irresponsabilidad, la farra y el alcohol parecía muy educativa para los niños de 12 años que ya podían verla -¿?-; y es que llamadme iluso, pero creo que alguno queda de esa edad que todavía no se ha ido de botellón. En fin, que el gobierno holandés, en previsión de que el tercer Resacón tuviera todos los números para rodarse en Ámsterdam, decidió anticiparse sabiamente y prohibir la venta y consumo de cannabis en cofeeshops para cortarles el rollo. Normal, con Galifianakis en la ciudad el Museo Van Gogh corría más peligro que un jamón en la cocina de Falete.

Criticoll

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